Alfonso Román López advierte de que el parque de Allande afectará a bienes culturales

Pola de Allande, - Pepe RODRÍGUEZ

El futuro parque eólico de la Sierra de Carondio, en el concejo de Allande, se está convirtiendo en un foco continuo de polémicas y discrepancias. A las críticas de los grupos ecologistas se ha sumado ahora el grupo popular. El PP centra sus críticas en el aspecto de la agresión cultural, más que en el aspecto medioambiental.

Alfonso Román López, diputado popular por el occidente, recalca: «Nosotros no estamos en contra de las energías renovables ni tampoco de los parque eólicos. Lo que si creemos es que deben hacerse dentro de la propia ley que exige el Principado para su construcción, y eso no pasa en la Sierra de Carondio».

López denuncia que el proyecto no cuenta con el preceptivo estudio de impacto ambiental porque se ha duplicado el tamaño de los aerogeneradores respecto a los que se plantearon en un primer momento. Además, exige que se haga un estudio de afecciones al patrimonio etnográfico, tal y como también se pide desde el informe emitido por el Consejo de Patrimonio Cultural. Román López explica que «en el proyecto original no se plantean los accesos al parque y es algo esencial, porque por ahí deben circular camiones con remolques de 60 metros. Hay una serie de equipamientos y de estructuras auxiliares que también generan un impacto».

El problema principal, para los populares, es que en la zona existen Bienes de Interés Cultural, que se verán afectados por la construcción del parque eólico, pues este se levantaría sobre una zona de exclusión marcada por las directrices de ordenación urbanística del año 2008. El gobierno del Principado argumenta que el parque se planeó con anterioridad al 2008 y que, entonces, la Sierra de Carondio no era una zona de exclusión por lo que, jurídicamente, es un proyecto conforme a la ley.

«No negamos eso, que es cierto que jurídicamente, pero culturalmente no se sostiene por ningún lado. ¿Por qué es zona de exclusión ahora? Porque es un bien que hay que proteger. Por encima de la aplicación de un planteamiento estricto hay un deber de la administración pública para con el valor del patrimonio cultural». Y concluye calificando de «impresentable» lo que él considera una agresión a la cultura y al paisaje del Suroccidente.

Fuente: La Nueva España - Sábado 05 de diciembre de 2009