La Fundación Montaña Central afirma que el proyecto afectó a necrópolis tumulares y a un antiguo campamento militar romano

Oviedo, M. PÉREZ
El parque eólico que se construye en la sierra de Carondio acumula nuevas denuncias relacionadas con un posible delito contra el patrimonio histórico al afectar a importantes yacimientos arqueológicos: las necrópolis tumulares de las sierras de Carondio y la Cabra, la Carreiriega de los Gallegos y el campamento militar romano de Moyapán. El Juzgado de instrucción de Tineo ha admitido a trámite una querella de la Fundación Montaña Central, presidida por Javier Navia-Osorio, cuya finca, conocida como El Zapurrel, alberga parte de estos yacimientos. La Fundación denuncia estas supuestas afecciones. La querella está acompañada por un detallado estudio arqueológico redactado por Esperanza Martín.

La denuncia presentada por la Fundación Montaña Central se formula contra la empresa promotora del parque, Empresa Generaciones Especiales, S. A., y contra un funcionario público que habría autorizado las obras. Según figura en la denuncia, la autorización se encontraba condicionada al cumplimiento de una serie de medidas dictadas por el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias, pero no se habrían respetado. Por su parte, el fiscal ha admitido a trámite la denuncia el pasado mes de agosto, al entender que «los hechos presentan características que hacen presumir la posible existencia de delitos contra el patrimonio histórico». La Coordinadora Ecologista de Asturias presentó una denuncia en el mismo sentido en diciembre de 2009, pero fue archivada.

El parque eólico de la Sierra de Carondio, entre Allande, Illano y Villayón, es un foco continuo de polémicas y discrepancias desde que se inició. A las críticas iniciales de los grupos ecologistas se sumaron luego las del Partido Popular. Unos y otros aseguraron en su día, como ahora hace la Fundación Montaña Central, que el proyecto se estaba desarrollando sin respetar la ley. Los ecologistas criticaron de mano la ausencia de un estudio de impacto ambiental adecuado a las obras al considerar que el tamaño de los aerogeneradores se había duplicado respecto a los planteados en un primer momento. Otro problema se centraba en la presencia de bienes de interés cultural en la zona, los restos arqueológicos citados antes.

Fuente: La Nueva España