Carondio


REQUIEM POR UN PAISAJE ASTURIANO.

CONTRA LA DESTRUCCIÓN DEL VALLEDOR Y LA SIERRA DE CARONDIO.  



Hacía tiempo que no subía por allí, los recuerdos de ese sin fin de curvas, antes y después del alto de la Marta, me fueron refrescando La memoria.


Acudí hace varios años a estos parajes, porqué la leyenda de un valle y varias sierras inhospitas, con una de las mayores riquezas faunísticas y  arqueológicas de Asturias, hacía tiempo que incitaba a una escapada. Las descripciones que me habían llegado eran totalmente acertadas.  Después de pasar junto al puerto del Palo, comenzé observando el mejor y más espectacular ejemplo de mina romana de oro que conozca, y he de decir, que como arqueólogo, conozco unas cuantas.

Poco  después, recuerdo que recorrí un tramo también espectacular, por su entorno paisajistico, del camino de Santiago, dejando a un lado varios de sus hospitales medievales de peregrinos, hoy en ruinas. La zona se convertía para mí, en una sorpresa, cargada de un atractivo salvaje,  por ser, para la mayoría de los asturianos y turistas, una comarca desconocida.

El acceso a la sierra de Carondio, lo hice a través de Bustantigo. A mis pies, y antes de pasar esta localidad, me detuve a observar la braña o zona de pastos del Campel, aquí nos encontramos con una postal atlántica de primer orden, con vallados y cuadras de pizarra negra, que recortan un extenso pastizal de un verde intenso y que me hacen recordar de nuevo el origen de mi primera visita...¿Y si te digo que estas en Irlanda? me decía un amigo norteamericano, promotor de la defensa de este paisaje.

La sierra de Carondio, es un extenso cordal, bastante llano, como típica sierra de la montaña occidental astur, donde abundan las especies vegetales y faunísticas protegidas.

A los escasos vecinos que quedan en los pueblos más altos, continuadores de una tradición ganadera milenaria, se les suman, como invitados puntuales, Osos, lobos y posiblemente algún urogallo, al que se le ha oído cantar en la zona en estos últimos años.

La extensa niebla que me impide llegar al Carondio, me va descubriendo sin embargo, un paisaje inmediato, repleto de  grandes tumbas prehistóricas que conocemos como túmulos,  e que incluso dejan ver en su interior y entorno más próximo, los grandes bloques de piedra, que formaban los dolmenes que se esconden enterrados en su interior.

En el interior de esa niebla, que cubre las decenas de tumbas prehistóricas del recorrido hasta el Carondio, visitadas hoy en día, solo por manadas de caballos y lobos, me imagino a la gran hilandera, que según la tradición local, habría traído sobre su cabeza la famosa estela prehistórica decorada, que lleva su nombre.

Es curioso pensar, que los problemas de conservación de este tesoro natural y cultural, han venido precisamente, de la denominada “energía verde”.

Desde los años noventa, la empresa HC Energía intenta construir un parque eólico en la zona quizás más rica en patrimonio humano y natural del concejo de Allande, y que además posee uno de los iconos turísticos del mismo: la braña de Campel. Según el decreto 42/2008 por el que se aprueban las Directrices Sectoriales de Ordenación del Territorio para el aprovechamiento eólico, se trata de una "zona de exclusión" en la que no se pueden construir instalaciones de este tipo.
El gobierno asturiano reconoce por tanto la enorme importancia de esta sierra, que ha vendido a los turistas como “paisaje protegido de Carondio y Valledor”. Aún así, los hechos que venimos viendo en los últimos meses muestran la inutilidad de las buenas intenciones que contiene esa ley, por ello iniciamos esta recogida de firmas con la que queremos demostrar la oposición de la sociedad hacia el parque eólico de Carondio.

Desde el punto de vista natural y paisajístico, el destrozo no tiene solución, mientra que desde el contexto arqueológico, se habla de seguimientos, que impedirían la destrucción de los yacimientos arqueológicos.

Hace años que hemos denunciado publicamente, la total falta de garantías de muchos de estos seguimientos en Asturias. En Gozón, pisabamos hachas de mano prehistóricas, tiradas en la caja de una carretera, mientras que en Salas, perplejos al encontrarnos todo un tramo del camino de Santiago destrozado por otras obras, hallamos incluso, abundantes cerámicas medievales junto al mismo. En ninguno de estos lugares destruidos, había sondeo o cata alguna, de los arqueólogos encargados del seguimiento...
y que mejor prueba de la ineficacia de esta medida de vigilancia de nuestro patrimonio, el hecho de que Asturias sea la única región de España y de Europa occidental, donde al hacer obras de carreteras o de autovía, no han aparecido poblados prehistóricos, romanos, o medievales de la categoría de los hallados en regiones vecinas...¿Es que no vivía nadie aquí antes de nosotros?       

Volviendo a nuestros paisajes de Allande, el hecho de que el visitante, que se adentre en la comarca de tras el Palo y el Valledor, o que recorra la sierra de Carondio, tenga como único paisaje, una cadena de aerogeneradores de sesenta metros de altura, supone el final de un paisaje único, que acaba de golpe con cualquier posible explotación turística de calidad, y que afectará de forma brutal a una reserva arqueológica y natural, sin proteger,  de una extraordinaria calidad.


Hoja de firmas para la protección de la sierra de Carondio:
http://petitions.tigweb.org/SOScarondio

Alfonso Fanjul Peraza. Arqueólogo.



Abajo: Braña del Campel, amenazada por el parque eólico inmediato de la sierra de Carondio.


REQUIEM FOR AN ASTURIAN LANDSCAPE.

For the preservation of the valley of Valledor and Mt. Carondio


It was a long time since my last visit. But the endless curves leading up to La Marta, and those that followed, were enough to refresh my memory. I came back to this wilderness reserve because of the rumors of a valley surrounded by inhospitable mountain ranges and brimming with wildlife and archaeological riches.

The descriptions of the place were easily confirmed. After passing the Puerto del Palo, I began to discern the largest and most spectacular example of a Roman-period goldmine that I have ever seen—I might add that as an archaeologist I’ve seen quite a few.

I recall, minutes later, walking along a stretch of road that was just as spectacular because of the scenery. Along this primitive way to Santiago de Compostela there were ruins of medieval inns for pilgrims. For me, the landscape worked like a riddle loaded with savageness. To this day, Mt. Carondio remains an unknown district for most Asturians, as well as for tourists.

I made my way through Bustantigo by foot. But before passing through the village, I had to stop to take in the views of the braña or highland pasture of Campel. Here, I came face to face with an Atlantic postcard, the stone walls and blocks of black slate cutting through emerald green fields. It brought back memories of my first visit. “What if I were to say that you are in Ireland?” an American friend asked me then.

The ridges of Mt. Carondio and its surrounding mountain range are home to several protected plant and wildlife species. The heights are relatively flat at their summit, as they tend to be in West Asturias.

A small number of mountain dwellers have stayed behind in villages high up the mountain. They are the inheritors of a thousand-year-old livestock tradition that is at home with bears and wolves, and possibly listens to the lone capercaillie whose song has been heard here recently.  

The dense fog prevented me from reaching Mt. Carondio, but the adjoining landscape opened up before me full of large megalithic tombs. Inside, you could glimpse at the large slabs of stone that hinted at the dolmens lying dormant underneath.

Prancing in the mist over the dozens of megaliths leading up to Mt. Carondio, on days like this when it is visited only by packs of wolves and herds of wild horses, I can imagine the spinner who carried the famous engraved stone of a dolmen atop her head according to local tradition.

It is bizarre to think that the controversy over the preservation of this natural and cultural landscape comes precisely from the promoters of so-called green energy.

Since the 1990s, the electricity company HC Energía has vied to install a wind farm in the area, perhaps the richest in terms of heritage in County Allande. Mt. Carondio possesses one of the greatest tourism icons in this corner of Asturias: the highland pasture of El Campel. According to decree 42/2008, which established guidelines for land use related to wind farms, Mt. Carondio and the surrounding areas were declared a no-go area for wind generation in the 1990s. The Asturian regional government thus recognized the importance of these mountains, which they subsequently sold to tourists as the ‘protected landscape of Carondio and Valledor’.

Despite the initial restriction, the events of 2009 have laid bare the lack of legal protection granted by regional authorities. That is why a petition is now being circulated to voice people’s opposition to the plan.

From a natural and scenic point of view, the destruction of the area would be irreparable. But from an archaeological standpoint, the promoters argue that monitoring and vigilance will be enough to prevent the destruction of the megalithic sites.

For years, archaeologists in Asturias have publicly denounced the absence of controls in earthmoving projects. In County Gozón we have walked over prehistoric hand axes that lay on the road bed. In County Salas, to our surprise, we came across a whole stretch of the way to Santiago de Compostela completely destroyed by a bulldozer. We found medieval ceramics on the ground. In none of these places had soil samples been taken or tests of any kind been carried out by teams of archaeologists.

This is proof of the ineffectiveness of government control mechanisms to safeguard our cultural heritage. Asturias is the only region in Spain, and possibly in Western Europe, where the fewest finds are routinely made during road or highway construction. No major prehistoric, Roman or medieval settlements have been found along large infrastructure projects, as is the case in neighboring regions. It is as if no one ever lived here before us.        

Coming back to the landscape of Allande, the fact that visitors venturing deeper into the mountains of El Palo, the valley of Valledor and Mt. Carondio will only see 60 meter high wind turbines spells the end of a unique landscape. It puts to rest any idea of turning the area’s wealth into a high-quality tourist asset. It also means a brutal end to what proved to be, in the end, an unprotected archaeological and wilderness reserve.  

The petition for the preservation of Mt. Carondio is available at: http://petitions.tigweb.org/SOScarondio

Alfonso Fanjul Peraza, archaeologist.




Below: The highland pasture of El Campel at the foot of Mt. Carondio, now threatened by a large-scale wind farm.

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